lunes, 12 de noviembre de 2012

Edificio Narkomfin


La Revolución Bolchevique exigía una nueva forma de vivienda adecuada al modo de vida socialista. Para introducir el socialismo a la burguesía, se impusieron medidas de colectivización del trabajo doméstico y la vida privada.
En 1918 la propiedad privada de viviendas fue abolida en la Unión Soviética. Esto, junto al éxodo rural, hizo que cualquier apartamento convencional con más de una habitación terminara convirtiéndose en una "kommunalk" donde varias familias compartían cocina y baño. De esta forma, en 1921 había unas 800 casas-comuna en Moscú, por lo que se busca una solución al problema de la vivienda y se crea un servicio de ordenación de las ciudades.
En los primeros años después de la Revolución se experimentó con nuevas organizaciones que permitieran “nuevas relaciones sociales”. La casa-comuna era el prototipo en el que trabajaban juntos Estado y arquitectos soviéticos. Se trataba de un intento de llevar el comunismo al corazón de la vida doméstica. En estos tiempos, se debatía sobre la conveniencia de que los “constructores del comunismo” vivieran en casas-comuna, donde todas las áreas, en algunos casos hasta los dormitorios, fueran comunes. La rutina diaria del individuo estaría controlada hasta el último minuto, sin derecho a elegir. Esta idea fue aplicada por Ivan Nikolaev en su Casa Comuna para estudiantes (1929-1930).
Este modelo tan estricto de casa-comuna tenía numerosas dificultades a la hora de ponerlo en práctica por causa de las diferentes tipos de familia. A finales de la década de 1920, aparecieron nuevos arquitectos que también defendían el estilo de vida colectivo, pero reivindicaban mayor libertad individual.
Las viviendas seguirían contando con los servicios y suministros colectivos, pero cada persona tenía derecho a su propio espacio individual con carácter más privado. Como primer prototipo del nuevo concepto, se construyó el Narkomfin (Comisariado del Pueblo para las Finanzas) en Moscú, entre 1928 y 1932.
En este edificio se rompió con las formas tradicionales de construcción. La composición espacial y la arquitectura del complejo demuestran la búsqueda radical de una nueva forma para los bloques contemporáneos. 
Fue el primer edificio construido según los cinco principios de Le Corbusier y Hinnerk Scheper, profesor de la Bauhaus. El propio Le Corbusier reconoció la influencia de Narkomfin en la Unite dhabitation de Marsella.



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